El caos vehicular por falta de vías alternas parece no tener cuando acabar en Chiclayo, a pesar de las reiteradas promesas que realiza cada autoridad edil antes de llegar al sillón municipal.
En los últimos años, la ciudad de Chiclayo ha sufrido numerosos cambios, algunos beneficiosos y otros que han dificultado su desarrollo o han sido producidas por un crecimiento social desordenado y desorganizado. Uno de esos temas, manifiesto para todos, es el caos vehicular existente en las principales avenidas de la ciudad.
Avenidas como Salaverry, Bolognesi, Leguía, Leonardo Ortiz, Pedro Ruiz, que rodean el cercado de Chiclayo, son algunas de las vías que en horarios punta de tránsito suelen encontrarse congestionadas por el notorio aumento de vehículos circulando en Chiclayo. Según algunos ciudadanos consecuente también a la explosión comercial que ha habido en los últimos años.
Es fácil deducir que la falta de planeamiento frente al crecimiento demográfico, ha sido uno de los principales problemas de nuestra ciudad. Las angostas calles del centro, que en algún momento permitieron el paso a mototaxis, hoy con el tránsito de taxis únicamente y vehículos particulares, se ven aglutinadas en un barullo de cláxones.
La contaminación sonora es sólo una de las molestias, el tiempo que tardan los viajantes en llegar a su destino suele ser también un problema. Según algunos conductores, la falta de semáforos en funcionamiento dificulta el orden y acrecienta la posibilidad de choques y colisiones, que terminan por obstaculizar aún más el tráfico.
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